LA GRAN POLÉMICA: ¿ESCRIBIÓ REALMENTE SHAKESPEARE LAS OBRAS DE SHAKESPEARE? ("THE AUTHORSHIP CONTROVERSY" PARA LOS AMIGOS).
Es inevitable: si alguna vez sale
el tema de Shakespeare en la barra de un bar, durante una relajada
sobremesa o en cualquier otro momento, siempre salta el listo de turno
y afirma -categórico y rotundo-: "bueno, ya sabéis que Shakespeare no
escribió sus obras", aunque rara vez es capaz de entrar en más detalles. Aquí te ofrezco toda la información sobre el particular, para que puedas rebatir al particular con condiciones.
De entrada, hasta el siglo XVIII nadie
cuestionó que William Shakespeare fuera el autor de sus obras, pero
desde entonces el tema ha ido creciendo y en la actualidad hay un
encendido debate entre las diferentes facciones, múltiples páginas web
sobre el tema (ver Links) e incluso un máster ofrecido por la universidad londinense de Brunel.
Lo primero que hacen los "anti-stratfordians" (o sea, los que dicen
que Shakespeare no escribió Shakespeare) es desacreditar a Will. Sus
principales argumentos (y como los rebaten los "stratfordians", defensores de "Shakespeare como Shakespeare") son :
-¿Cómo pudo un hombre de pueblo que, como mucho, tuvo una
formación básica hasta los 14 años, escribir piezas dramáticas tan
profundas? El autor de las obras tenía grandes conocimientos de leyes,
ciencia, astronomía, la Biblia, el funcionamiento de la corte,
estrategia militar... Que
no fuera a la universidad no significa que no leyera ni se documentara
en libros, aprendiera de vivencias directas cuando actuó para nobles o
en la corte de Isabel I, Además, siempre pudo buscar la asesoría de
otros sobre determinados temas. Además, el currículum de escuela inglesa de aquella época daba una muy sólida base de literatura greco-latina.
-El autor de las obras de Shakespeare era buen conocedor de
Italia y otras zonas del Mediterráneo, pero no consta que William
saliera jamás de Inglaterra. De nuevo, pudo leer, preguntar. Y tampoco era "tan gran conocedor": por ejemplo, le adjudica a Milán un puerto.
-Shakespere no dejó un
sólo libro en su testamento, ¿cómo es eso posible en un gran escritor? ¿Tú conoces a alguien que deje libros en su testamento? Tierras, casas, oro...pero los libros no tienen tanto valor.
-Shakespeare pertenecía a
las clases populares, pero, no obstante, se burla a menudo de ellas en
sus obras. Shakespeare vivía en una época en que tocarle las narices a los poderosos se pagaba con la cabeza. Mejor no correr riesgos.
-No hay manuscritos de Shakespeare, ni de sus obras ni
correspondencia (ten en cuenta que el vivía en Londres, alejado de su
familia, y sólo se podría comunicar con ellos por carta). Lo único que se conservan son seis firmas que muestran una
letra torpe, como de alguien que no tiene costumbre de escribir.
Lógicamente,
los que defienden este argumento no creen que la parte del manuscrito
de la obra "Tomás Moro" que se atribuye a Shakespearea sea suya. En
cualquier caso, el papel en aquella época era tan caro, que uno lo
vendía cuando ya no era necesario. Por lo que a los originales
respecta, no eran de Shakespeare, sino de la compañía que los había
comprado: The King's Men, cuyo teatro "The Globe" ardió en 1613, quizás
con todos los originales dentro.
-Hamnet, el único hijo varón de Shakespeare murió con once
añitos, pero Shakespeare no le dedicó ni un mísero poema (lo único que
hay -y traído por los pelos- es un pasaje de la obra "Rey Juan"). Puede
que escribiera algo, pero -dado que era tan íntimo y pesonal- decidiera
que no se publicara jamás y destruirlo él mismo antes de morir. Los
sonetos tampoco tenían intención de darlos a conocer, es casi seguro
que se publicaron sin su consentimiento.
-El
monumento que se hace en Stratford-on-Avon a su muerte le muestra como
mercader sosteniendo un saco de grano, y sólo años después de su muerte
se cambia esto a escritor con un pluma. Muy
probablemente, era más admirado en su pueblo como un hombre rico que
como un escritor. Es importante recordar que, en aquellos días, el
mundo del teatro tenía una pésima reputación social.
-El argumento más poderoso de
los "stratfordians" es: "¿cómo es posible que nadie se diera cuenta, o
se enterara, de que Shakespeare era un impostor y no lo denunciara o,
al menos, lo dejara por escrito es su diario o hiciera correr el rumor?
Hay que recordar que el mundo de la corte y el teatro era tan cotilla y
chismoso como el de ahora. Para que la conspiración funcionara, muchas
personas tenían que haber "estado en el ajo".
Una
vez que, según ellos, queda demostrado que Shakespeare no pudo escribir
Shakespeare, hay que hallar el candidato ideal para ser el verdadero
autor. Los tres más importantes (de mayor o menor número de apoyos) son:
OXFORDIANS
Se denominan así aquellos que defienden que las obras atribuidas a
William Shakespeare las escribió en realidad Edward de Vere, 17º conde
de Oxford (nacido en 1550 y muerto en 1604). La teoría nace en 1920 de
la mano del profesor inglés J.T. Looney. Sus argumentos son (y cómo los "stratfordians" contraatacan):
-Oxford era un noble de exquisita formación y aficionado a las
letras, pero que, dado que resultaba socialmente inaceptable que un
noble escribiera obras de teatros, decidió mantener su identidad en
secreto.
-Oxford murió en 1604, y varias
obras de Shakespeare (en especial, "The Tempest") parecen claramente
posteriores a esa fecha. Además, de Vere escribió poesía de calidad
bastante mediocre (la poesía no estaba socialmente mal vista). Y, para
colmo, Oxford apadrinaba su propia compañía de teatro. ¿Por qué no les
daba a ellos sus obras para representarlas?
-La biblioteca shakespiriana Folger (Whasington D.C., EEUU)
tiene una Biblia, que supuestamente perteneció a de Vcre, donde hay
anotaciones junto a partes de las Sagradas Escrituras citadas por
Shakespeare en sus obras. Bueno, sólo un 20% de las 2000 referencias bíblicas de Shakespeare.
MARLOVIANS
Se denominan así los que
defienden que el autor de las obras de Shakespeare es Christopher
Marlowe (1564-93). Marlowe era un genial escritor de reconocido
prestigio (de hecho, competía con el propio Shakespeare por ser el
número uno de Londres), pero, no obstante, también tenía una tremenda
habilidad para
meterse en líos muy gordos (incluyendo cargos por falsificar moneda y
herejía). Tanto gusto por la pendencia le llevó a que muriera en el
transcurso de una pelea en Deptford. Los Marlovians mantienen que, en
realidad, el asesinato fue una pantomina para que sus enemigos se
olvidaran de él. El cuerpo que suponía era el de Marlowe pertenecía a
otra perdona y él realmente escapó a Italia, desde donde
le hacía llegar las obras a Shakespeare. ¿En qué se basan? ¿Y cómo se rebaten?
-Paralelismos entre el estilo y pasajes de Shakespeare y Marlowe.
Tenían la misma edad, y seguramente se conocieron. Quizás se admiraban
mutuamente y no es raro que Shakespeare estuviera muy influido por la
obra de su colega.
-En las obras de Shakespeare a menudo hay equívocos y fugas usando engaños, similares a la supuesta escapada de Marlowe. Las comedias de Shakespeare están basadas en obras anteriores, no en experiencias personales.
-Una buena parte de la obra de Shakespeare tiene lugar en Italia, donde se supone que vivía huido Marlowe. La literatura inglesa de la época estaba profundamente influida por la italiana, normal que las obras se ambientaran allí.
BACONIANS
Propugnan que la obras de Shakespeare son, en realidad, obra de Sir
Francis Bacon (1561-1627). La primera publicación defendiendo esta
teoría la hace Delia Bacon (sin relación de parentesco) en 1856. Se
basa en paralelismos entre ciertos pasajes de las obras de Shakespeare
y Bacon, además de en toda una serie de presuntos mensajes en clave
ocultos en las obras de Shakespeare.
Los "stratfordian" rebaten diciendo que la obra publica con su nombre por Bacon es muy inferior a la de Shakespeare.
Estos son los tres principales candidatos,
pero no los únicos: el 6º conde de Derby, 5º comde de Rutland e incluso
la propia reina Isabel I han sido citados como probables autores de la
obra de Shakespere.
¿Conclusión? La mayoría de los expertos en Shakespeare consideran todo
esto como una sarta de imaginativas "teorías de la conspiración" y no
les dan el más mínimo crédito (de hecho, a algunos les irritan
bastante).
En lo que a mí respecta, aunque me considero "stratfordian" de mente y
corazón, me da un poco igual. Lo realmente importante es que las obras
están ahí para que disfrutemos de ellas.